en la ciudad de Urdinarrain,
sus gárgolas, azules y rosadas,
son fantásticas a la hora en que atardece.
Allí
se le reza a la Virgen Mágica del Sauce Litoral,
es toda un fenómeno,
toda una guasada inmaculada.
El sauce... esa tristeza suelta,
esa tristeza que se puede reír,
de verde lacio,
al menor airecito cosquilla
No es que llora sangre esta madre graciosa,
es otro el milagro es
un milagro humorístico:
a la Virgen Mágica del Sauce Litoralse
le caen los mocos,
llora, digamos, por la nariz.
Cordiales al milagro cómico
a esa piedad congestiva
a ese estigma alérgico
a esa gracia contagiosa,
los párrocos del templo
dan la misa vestidos de payaso.
Clavado en la frente
con la fuerza de la cruz
ese resfrío de sol
esa fiebre de luna.
Y el estornudo sobre el bocho
es el rocío bendito
santa sinusitis
-¡Contágieme la luz, padre!
¡Contágieme la luz!
Y esotodos los días
a la hora de atardecer
cuando las gárgolas se encienden,
a esa hora del horizonte
cuando empieza a venir un olorcito a burbuja frutal
como de una distante cuchilla de jabón.
Todos los días
cuando ya es un achú el amén.
-Y no nos dejes caer en la tentación.
-¡Achú!
1 comentario:
saLú!
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