Cruza un caballo a lo loco.
Salpica la pupilas.
Acelera el viento de las hojas.
Se arquea, da coces y relincha.
Quiere desprenderse la rémora,
arrancarse al jinete maldito.
Se afirma el brillo de la espuela,
Se afirma la estrella en la sangre.
Quiere su cara contra el lodo,
quiere que burbujeen
como sapos sus pulmones,
que aletee desesperada
la luz de sus párpados.
Es como si echara raíces
en su carne, el insufrible.
Le baja un relámpago la guasca.
Se ablanda el cuero. Se arde.
El ritmo del poema es un caballo
que prueba la destreza de la imagen.
Salpica el viento.
Se clava en la sangre.
de Superjardín
Salpica la pupilas.
Acelera el viento de las hojas.
Se arquea, da coces y relincha.
Quiere desprenderse la rémora,
arrancarse al jinete maldito.
Se afirma el brillo de la espuela,
Se afirma la estrella en la sangre.
Quiere su cara contra el lodo,
quiere que burbujeen
como sapos sus pulmones,
que aletee desesperada
la luz de sus párpados.
Es como si echara raíces
en su carne, el insufrible.
Le baja un relámpago la guasca.
Se ablanda el cuero. Se arde.
El ritmo del poema es un caballo
que prueba la destreza de la imagen.
Salpica el viento.
Se clava en la sangre.
(de Superjardín)
de Superjardín
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