su oración de barriletes.
Sostiene su flotante devoción,
su visual letanía aerodinámica.
La tarde es un circo transparente
para la misa del aire.
Coletean los radares de creencia.
Es ofrenda de estampitas en papel.
Cruz de caña hueca
donde el viento reza su silbido.
Y no pierde el hilo tenso de la fe
su alegría suspendida
su ritual
de rombos y tarascas.
Y para hacer su roncha
en las estrellas
ocultas en la luz,
suben las hormigas
porque el Mato larga piola.
Tu corazón es un ovillo "indefinito",
mi Matu.
Y ya prende el cielo
sus motores de piedad.
Toda constelación se torna
maquinaria de silencios,
un vibrante jardín de bujías
con pistones de ángel comprimido.