Ella vuelve
el viento mágico de flores
con su bici. Si la pienso
sobre rayos
a lo lejos, surge el ángel
de su nombre
que la sigue y si la alcanza
el silencio es el motor
de su cinético equilibrio
de su vibrante velocidad,
o sea: un inmenso
gatito-motor
que ronronea
del grande de una estrella.