hay una piedra que llama
desde su centro.
Hay un vástago de luz
en el centro de la piedra
como metido a gritos.
La piedra quiere
un gesto tremendo que la levante,
un músculo contráctil
y el viento en puño
que la despeje
para volver la tierra estrellada
a golpes caídos
como lluvia de martillazos.
Un rostro fiero,
una mano áspera,
cuando se abren o se parten,
pueden dejar
como un eco de magia,
cubierto de polvo leve,
un corazón de aire
respirando
para que alguien lo levante.
(inédito, 2003)
1 comentario:
La misma piedra que años después, atraviesa "el muro", y deja hecha de polvo una linea imaginaria,
perspectiva poética.
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